Pongámonos en situación: es 20 de noviembre de 1984 y encargas un flamante BMW 635 CSi con toda la ilusión que supone comprar un coche que a día de hoy vendría a ser algo así como un M850i, te lo entregan el 21 de enero ya de 1985, lo matriculan el 28 y, ¿qué haces con él? Pues su dueño lo condujo hasta un garaje recorriendo menos de 500 km y lo dejó ahí guardo, como si de un vino se tratase, hasta ahora que lo ha puesto en venta. ¡Vaya genio de la especulación y la inversión!
El BMW 635 CSI era uno de los deportivos más deseados en la década de los 80
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Al margen de su estado y kilometraje, el BMW 635CSi es un modelo muy especial, y cada vez más valorado en el mundillo de los clásicos. Se trata de la antesala al M635CSI, también denominado M6 en el mercado estadounidense y japonés, por lo que sería una suerte de M Performance de los de hoy día, el cual se fabricó entre 1978 y 1989.
La unidad que protagoniza este artículo equipa el bloque M30 de 3,4 litros de seis cilindros en línea sin catalizar, con una potencia máxima de 218 CV a 5.200 rpm y 310 Nm de par motor a 4.000 rpm, y asociado a un cambio manual de cinco relaciones. Con ello es capaz de conseguir un 0 a 100 km/h en unos aún hoy día muy respetables 7,6 segundos, junto a una velocidad máxima de 222 km/h. Además, con un peso que no alcanza la 1,5 toneladas, el primer Serie 6 era un coche pensado para disfrutar de la conducción su vertiente más pura, y no con un carácter tan de gran turismo como los que trajo sus sucesores,