Con un póster de Fred Francis en la pared y la habitación repleta de estanterías que aguantan el peso de un número indecente de coches de juguete, nos recibe con aire tímido David Sayas, más conocido como D1VAD. No está acostumbrado a captar la atención de nadie, aunque este año 2020 lo ha hecho sin pretenderlo.
La pandemia ha vuelto todo del revés, ha cancelado competiciones, salones, quedadas con amigos… El mundo de este chico que creció siendo un aficionado al Scalextric, se ha desmoronado. Pero él ha querido salir del agujero inventando una nueva modalidad de deporte: el Scalextric marcha atrás.
Se quedó sin amigos, pero su nombre pasará a los anales de la historia. Bueno, de una parte de la historia. De la historia del Scalextric más bien.
De precursor de un deporte oficial a simple mano grúa para devolver los coches a pista
D1VAD con el semblante alegre al saberse campeón de algo.
Se llama David Sayas, pero ahora insiste en que le llamen D1VAD. Porque él siente que es el número uno y porque todo lo hace para atrás. Se ha tomado tan en serio la nueva modalidad que ha inventado que empieza los días cenando y los acaba con un café y unas tostadas mientras ve el programa de Ana Rosa.
Su momento favorito del día es cuando se monta en el coche, engrana la marcha atrás y disfruta de un nostálgico paseo por el barrio mientras oye los gritos de los vecinos. Se lo toma en serio: ahora las calles son su pista de entrenamiento