Todos sabemos que la transición del sector automovilístico es a lo eléctrico, y esto es algo que nos muestran poco a poco las marcas. Claro ejemplo de ello es Opel, que, tras su coalición con PSA, ha decidido aumentar su ofensiva eléctrica de la mano del Corsa y del recién llegado Mokka. Pero parece ser que el SUV eléctrico ha cuajado con mucha más fuerza de la esperada, ya que su producción ha llegado al límite tras una alta demanda que no se ha podido abordar.
Pero si residís en España y estáis pensando en adquirir un Opel Mokka-e, podéis respirar tranquilos. Esto se debe a que la demanda ha superado a la oferta en Alemania, donde la firma del rayo no ha dado a basto para poder cubrir todos los pedidos de la variante eléctrica del Mokka, un modelo muy prometedor en el sector de los eléctricos.
Seguramente querréis saber el porque de esta situación y tiene una sencilla explicación. Y es que el Opel Mokka-e goza de un precio de partida -con los descuentos aplicados- en su país de origen de 23.420 euros, una cifra de lo más atractiva cuando hablamos de un coche eléctrico perteneciente al segmento de los B-SUV. Con esta premisa y teniendo en cuenta las duras leyes que están teniendo lugar no solo en España, sino también en el resto de países de la Unión Europea.
Y es que, pese a que el sector de los eléctricos cada vez se está asentando con más diligencia, lo cierto es que no es apto para todos los públicos al menos en España. Si nos paramos a analizar el precio del Opel Mokka-e en nuestro país, rápidamente nos percataremos de que su precio de partida dista mucho del establecido en Alemania.
Si tienes dónde enchufarlo, no lo dudes tanto: con el descuento de la marca y el Plan Moves, puedes acceder al nuevo Opel Mokka-e desde 26.200 euros.
Es cierto que los niveles de equipamiento y los extras pueden variar de un país a otro, pero si queremos hacernos en España con un Opel Mokka-e será necesario afrontar un desembolso de 31.990 euros teniendo en cuenta las ayudas del Plan MOVES II, las cuales ya se han terminado en grandes comunidades como Madrid o Cataluña, donde las leyes anti-contaminación son menos permisivas y buscan fomentar el uso del coche eléctrico.
Sea como fuere, Alemania está ampliando drásticamente la presencia de esta nueva movilidad de la mano de precios muy atractivos y asumibles para un público más amplio. Cierto es que la tecnología eléctrica requiere de cierto periodo de adaptación hasta que se abarate, punto que se espera que en España se alcance más pronto que tarde.