Sabíamos que iba a ocurrir de forma inminente, y la propia Volkswagen acaba de confirmarlo. La producción del Volkswagen e-Golf, la alternativa 100% eléctrica del popular compacto de Wolfsburgo, acaba de cesar. Ha cesado en las instalaciones de Dresden de Volkswagen, la mítica «fábrica de cristal» que estrenó el Volkswagen Phaeton hace más de 15 años. El motivo por el que el Volkswagen e-Golf abandona su producción ya está en las mismas instalaciones productivas, y se llama Volkswagen ID.3.
Hace ya tiempo os lo confirmamos: no habría un Volkswagen Golf eléctrico de octava generación. Y es que Volkswagen ya tiene un eléctrico compacto, construido sobre una plataforma dedicada a los coches eléctricos. Un coche que junto al Volkswagen ID.4, debería suponer la espina dorsal comercial de Volkswagen durante buena parte de esta tercera década del siglo XXI. En verdad, el Volkswagen e-Golf ha sido un coche un tanto peculiar, un coche lanzado como puente entre los Volkswagen Golf de siempre y el futuro 100% eléctrico de la marca.
El Volkswagen e-Golf es un coche eléctrico de una generación pasada. El ID.3 es un coche superior en todos los aspectos.
El Volkswagen e-Golf no es un coche diseñado desde cero como coche eléctrico, es un coche basado en la séptima generación del Volkswagen Golf. Su plataforma es una MQB modificada, y aunque el coche ha ido evolucionando durante los seis años que ha estado a la venta, la realidad es que es un coche eléctrico limitado por su plataforma. Con una batería de 35,2 kWh de capacidad bruta y solo 232 km de autonomía WLTP, es un coche eléctrico compacto con una autonomía y capacidades claramente por debajo de lo esperado de un eléctrico del año 2020.
Para muestra un botón: muchos coches eléctricos permiten hoy en día cargas a potencias de 100 kW