Que en un futuro más cercano que lejano el grueso de los coches que se venderán estarán impulsados por un motor eléctrico es algo que todos damos por hecho, sobre todo viendo como la normativa va dando pasos agigantados al respecto, y para muestra ahí tenemos varios ejemplos, como que Reino unido planea prohibir los coches diésel y gasolina para 2030, o que la Euro 7 serán tan estricta, que los coches deberán homologar unas emisiones de casi de la mitad, e incluso arrastrando un remolque.
Los motores eléctricos son el futuro por eficiencia y estar libres de emisiones, pero el cómo alimentarlos en nuestros coches aún debe «pulirse».