SsangYong, como marca surcoreana, no quiere quedarse atrás en un país donde, en los últimos años, la tecnología de vanguardia ha sido uno de los reclamos comerciales para un país donde gigantes de toda índole, basan sus negocios en anticiparse al futuro con soluciones de nuevo cuño.
Algo que no es del todo nuevo y que lleva demasiado tiempo sin despegar del todo es la automoción con un grado de conducción autónoma que permita a la persona que comanda un vehículo delegar la acción en la máquina.
Con unos niveles que asciende, de manera generalizada y permitida ni siquiera a la mitad de los escalones que clasifican los diferentes niveles de conducción autónoma, SsangYong ha logrado recibir permiso del Ministerio de Territorio, Infraestructuras y Transporte para realizar las primeras pruebas en vías abiertas al SsangYong Korando con nivel 3 de autonomía.
Este SUV, laboratorio rodante, está equipado con la tecnología que debería permitir realizar maniobras como cambiar de carril, mantener la posición respecto al vehículo que circula delante, respetando la distancia y a su misma velocidad, así como circular respetando los límites de velocidad utilizando mapas de alta precisión y alta definición con información altamente precisa de la localización exacta del vehículo de manera ajena a la voluntad de quien se sitúa tras el volante pero bajo su supervisión.
El SsangYong Korando con nivel 3 de conducción autónoma teórica llevará a la práctica que es capaz de llevar estas tareas en carreteras ordinarias pero también otras como es la de analizar el contexto del tráfico en el que se inmiscuye, por ejemplo, siendo capaz de cambiar de carril, en caso de identificar tráfico lento, con el fin de adelantar.
Para fomentar la seguridad de a bordo, en caso de detectar algún obstáculo o riesgo en los puntos ciegos al cambiar de carril, emite una alerta de advertencia y el SsangYong Korando de experimentación retornaría al carril de procedencia para garantizar la seguridad.
La tecnología de SsangYong Korando con nivel 3 de conducción autónoma también está preparada para, incluso, en el supuesto de detectar algún fallo en el sistema, llegado ese caso, el todocamino daría aviso del suceso haciendo uso de señales acústicas y visuales y sonoras para delegar la tarea de conducir en el conductor pero, si esto no sucediera, el sistema entraría automáticamente en modo de “riesgo mínimo”.