En estos días la ACEA (Asociación de Constructores Europeos de Automóviles) y el Instituto Postdam para la Investigación del Cambio Climático (PIK) han emitido un comunicado firmado junto con los diferentes fabricantes de camiones europeos en el que aseguran que a partir de 2040 no comercializarán ningún camión que funcione con combustibles fósiles con el objetivo de alcanzar la neutralidad climática para el año 2050, tal y como se tiene previsto por parte de las instituciones del viejo continente. Entre esos fabricantes nos encontramos con Daimler, DAF, IVECO, Ford, MAN, Scania y Volvo.
En ese comunicado ponen de relieve la importancia de reducir los combustibles fósiles para evitar el cambio climático, algo que debe hacerse lo antes posible, tal y como ha ido demostrando la evidencia científica, además de señalar lo fundamental e imprescindible del transporte por carretera, la cual se ha puesto de manifiesto en las fases complicadas de la actual pandemia con el suministro de alimentos o medicamentos.
Así pues, se habla de que actualmente ya existe la tecnología para dar el paso y empezar a fabricar camiones libres de emisiones, pero que los diferentes gobiernos deben «contribuir a la causa», por un lado, creando la suficiente infraestructura de recarga eléctrica y también de estaciones para repostar hidrógeno, de forma que sea atractiva la compra de estos vehículos y no suponga grandes inconvenientes, y por otro, dejando de incentivar el diésel. De hecho, proponen algunos tipos de impuestos directamente relacionados con las emisiones de CO2, como por ejemplo, una especie de peaje según los gramos de dióxido de carbono que se emitirían en ese tramo.
Con todo ello los fabricantes pretenden que el sector se decante por camiones eléctricos, bien estén alimentados por baterías o por pilas de hidrógeno, de forma que a partir de 2040 estas sean las únicas opciones