Si los coches eléctricos con acumulador de electricidad, recargables mediante la conexión a la red eléctrica batallan contra sus propios demonios, que son la escasa autonomía, la lentitud en las recargas y una red de distribución eléctrica deficiente para tal operación, los que incluyen en la ecuación una pila de combustible de hidrógeno hacen lo propio respecto de su precio y de la red de distribución de hidrógeno que les provea de combustible. Factores, algunos ya hasta superados holgadamente, y otros en vías de solución como es el de la red de hidrogeneras en España que, desde ayer, suma una nueva estación de recarga de hidrógeno en Madrid.
La nueva y primera hidrogenera de Madrid es el fruto de la colaboración de diferentes agentes implicados en el interés por la introducción, uso y expansión de los vehículos con pila de combustible de hidrógeno.
Además, este punto de reabastecimiento de hidrógeno ofrece una carga ignota hasta la fecha ya que, según sus promotores, se realiza a 700 bares de presión y un volumen de 10 kg diarios. Esto supone que es posible recargar los tanques de los automóviles de tipo FCEV en un tiempo similar a lo que uno con motores de gasolina o gasóleo requieren en la operación de abastecimiento de carburante.
Esta estación de recarga viene respaldada por la venia pública pero promovida desde el ámbito privado gracias a la implicación de empresas como Toyota España, Scale Gas, Urbaser, Carburos Metálicos, Sumitomo Corporation España o la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio, este punto de distribución para vehículos con pila de hidrógeno en Madrid ya está en funcionamiento.
¿Dónde está la hidrogenera de Madrid?
Ubicada en el número 34 de la Avenida de Manoteras, la estación de recarga de hidrógeno madrileña, además de ser pionera tanto en el propio municipio de Madrid, lo es en toda la comunidad, siendo la más próxima, hasta la fecha la de Puerto Llano, Ciudad Real, distanciada, exactamente, por 250 km de la de nueva apertura.
Este hecho desproveía a la capital de una hidrogenera en la que vehículos, como los 12 Toyota Mirai de primera generación que la firma japonesa introdujo en su parque móvil pudieran repostar.
A colación con el inicio de la comercialización de la segunda camada de este vehículo, parece que, al menos tanto en Madrid como en Barcelona, las iniciativas, tanto privadas como públicas, ponen de manifiesto que, como es lógico, si se quiere impulsar la motricidad eléctrica apoyada en sistemas de producción energética a partir del almacenamiento y combustión del hidrógeno, se hace necesaria una ampliación significativa de la red de puntos de distribución del gas.