Contenido
1. Precaución y suavidad por encima de todo
2. Circula en marchas largas
3. Usa el freno motor siempre que puedas
4. Anticipación y “llegar con los deberes hechos a la curva”
5. Algunos trucos más
6. Antes de salir de casa sé previsor
Si por algo se caracteriza el invierno es por el frío, un frío que en según qué zonas de nuestra geografía causa importantes nevadas, y de forma mucho más frecuente, peligrosas placas de hielo sobre la calzada que parecen invisibles, pero que ahí están. Así pues, a continuación te recordamos seis consejos para conducir en esas situaciones y que tus desplazamientos diarios o de fin de semana a la sierra sean más seguros.
1. Precaución y suavidad por encima de todo
Cuando la temperatura baja de los 4 °C la situación requiere de toda nuestra atención, y es precisamente a esa temperatura cuando la mayoría de nuestros coches nos alertan con un mensaje tipo “¡Atención, peligro de hielo!”. Así pues, y aunque no observes nada anormal sobre la calzada, ten especial cuidado en zonas umbrías de la carretera donde pueden aparecer esas placas de hielo y no llegar a eliminarse ni durante las horas centrales del día.
Asimismo, para evitar la aparición de las mismas y la acumulación de las mismas, los servicios de conservación suelen echar sal en nuestras carreteras, algunas veces en forma de salmuera (una mezcla de agua y sal), que las convierte en verdaderas pistas de patinaje. Por tanto, es esencial que además de prestar mayor atención, aumentes la distancia de seguridad, seas lo más suave posible tanto con el volante, como con el acelerador y el freno, y disminuyas la velocidad, dándole tiempo suficiente al coche para que reaccione.
2. Circula en marchas largas
En condiciones de baja adherencia, como lo son con nieve o hielo sobre el asfalto, es altamente