Nos encantan las berlinas deportivas de los años ochenta y noventa. Coches cargados de personalidad, con un nivel de potencia más que generoso, y que conservaban aun un tacto muy purista y analógico. Coches como el Mercedes 500 E, el Renault Safrane Biturbo o el coche del que hoy os queremos hablar: el Jaguar XJR. El XJR fue la primera berlina realmente deportiva de Jaguar en décadas, siendo sucesora directa de los fantásticos Jaguar Mark 2 de los años 60. Esta es la historia del Jaguar XJR, la primera superberlina moderna de Jaguar.
Durante los años 70 y 80, Jaguar se «ablandó» de forma considerable. Aunque tenían varios modelos con motores V12 – como el precioso Jaguar XJS – la marca británica, bajo los designios nacionalizados de British Leyland, abandonó toda aspiración deportiva. A finales de los ochenta la situación había cambiado de forma radical: Jaguar volvía a ser independiente y estaba desarrollando el XJ220, un superdeportivo que competía por el título de coche más rápido del mundo. Mientras tanto, Ford adquiría a Jaguar, aportando el músculo financiero necesario.
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Todos los actuales Jaguar de altas prestaciones tienen su origen en este XJR.
Jaguar tenía acceso a recursos económicos casi ilimitados, y uno de los primeros productos que decidieron desarrollar fue un sucesor para los veteranos Jaguar XJ (XJ40), lanzados en el mercado en el año 1986. En 1994 se lanzó al mercado un nuevo Jaguar XJ con código interno X300. Un coche mucho más moderno, aunque aún con ciertos lazos estructurales con el modelo al que reemplazaba. Para dar un golpe de efecto a su lanzamiento, Jaguar decidió presentarlo junto a su versión más deportiva, que fue bautizada como «Jaguar XJR».
El XJR era la respuesta a instituciones deportivas como los BMW M5, los Mercedes 500