Los coches autónomos son un hito al que la industria de la automoción se aferra con fuerza y cada vez son más los modelos que incluyen varios sistemas de ayuda a la conducción que mejoran la experiencia al volante. Algunos son pequeños apoyos para mantenerse en el carril y mantener una velocidad de crucero. Otros permiten detectar vehículos y otros obstáculos y evitar accidentes. También permiten tomar el control de la dirección y el freno para aparcar solos, pero todos tienen un problema: son susceptibles de ser hackeados.
Un hacker avispado puede actuar sobre el software del coche y afectar a su funcionamiento normal. Y esto es un riesgo considerable para la seguridad, porque se puede interferir en su funcionamiento y provocar situaciones de riesgo nada deseables. Así que la Unión Europea va a exigir que todos los coches que tengan este tipo de elementos para la conducción autónoma, sea muy limitada o más completa, sean totalmente ciberseguros.
Una legislación de ciberseguridad en coches
Esta norma ha entrado en vigor el 1 de enero de 2021, aunque no se comenzará a aplicar hasta julio de 2022 y será obligatorio a partir de 2024. Esta norma se aplica a coches, furgonetas, autocaravanas, camiones y autobuses, pero también a vehículos ligeros de cuatro ruedas si tienen sistemas de conducción autónoma de nivel 3. También es para remolques si tienen, al menos, con una unidad de control electrónico.
El sello de coche ciberseguro se aplicará a los vehículos que demuestren que están protegidos ante 70 vulnerabilidades. Ese listado de riesgos a evitar incluye ciberataques durante los procesos de desarrollo, producción y postproducción, así que el vehículo certificado estará protegido a lo largo de toda su vida útil.
Es una medida que ofrecerá confianza y seguridad a los usuarios de estos vehículos, que estarán totalmente seguros de que nadie interferirá en estos sistemas tan delicados y a los que se podría acceder en momentos previos a la comercialización. El sello garantizará que todo está correcto y que no se podrá intervenir de manera fraudulenta más adelante.
Si un coche ha sido fabricado fuera de la Unión Europea y se va a comercializar en Europa, tiene que pasar por este test o no podrá homologarse. A causa de esto, no podría venderse en la U.E. y si se demostrara que ha intentado engañar a la empresa certificadora, recibirá una multa de 30.000 euros por cada coche implicado.
Los niveles de conducción autónoma son cinco y se encargan de clasificar según el tipo de tecnología que equipa el modelo.
Los coches recibirán el sello de APTO en ciberseguridad y una puntuación que irá del 3 al 5 según los resultados obtenidos. Este certificado de ciberseguridad lo otorgará una empresa debidamente autorizada y formada para realizar esta prueba de seguridad. En estos momentos solo hay una empresa en todo el mundo que puede hacer este trabajo. Se trata de EUROCYBCAR, una empresa española que lleva varios años trabajando en estos análisis de vehículos equipados con sistemas de conducción autónoma.