Han pasado nueve años desde que el Ford Focus sirvió para dar a conocer un motor de gasolina, el EcoBoost, que no sólo ha marcado un antes y un después en Ford, sino que en su día allanó el camino para que fabricantes tan dispares como Grupo PSA o BMW se lanzasen al mundo de los tres cilindros sin complejos.
Una sobrealimentación de doble turbina, inyección directa en la cámara de combustión, un barrido de gases que limpia la cámara y evita que la mezcla se empobrezca de forma indeseada, la refrigeración del escape para proteger el motor sin desperdiciar combustible y la lubrificación dosificada para reducir pérdidas de energía innecesarias. Estas eran las claves del motor EcoBoost, un propulsor que ha sido premiado como Mejor Motor del Año 11 veces ya.
Ahora es momento de probar un nuevo paso adelante: el motor EcoBoost mild hybrid, esto es, el microhíbrido de Ford. Algo escamoteado en su denominación comercial Ford Focus EcoBoost Hybrid, no se trata de un coche híbrido al uso: tiene cambio manual y la única acción de su parte híbrida consiste en acumular energía para dar una respuesta muy ágil en aceleraciones exigentes.
Se trata, por tanto, de un coche microhíbrido (MHEV). Llamémosle Ford Focus EcoBoost Hybrid o, simplemente, Ford Focus MHEV.
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