La última actualización del Suzuki Ignis, que se lanzó al mercado en 2017, aporta muchos e interesantes cambios. Algunos estéticos y otros con mayores posibilidades de personalización. Pero, sobre todo, destaca el sistema de hibridación ligera Mild Hybrid mejorado, además de la posibilidad de elegir un cambio automático de variador continuo CVT como alternativa al cambio manual de 5 marchas, únicamente en la versión 4×2.
Su alternativa principal sigue siendo la misma: el Fiat Panda Cross. Ahora, el modelo italiano también tiene microhibridación y etiqueta ECO, como el Ignis. Y también una versión 4×4, pero ya sin etiqueta ECO y más cara que el pequeño modelo japonés. El Ignis es, por lo tanto, el SUV electrificado con etiqueta ECO más asequible del mercado, y también el SUV 4×4 con etiqueta ECO más barato que puedes comprar actualmente. Le seguirían otros dos modelos de Suzuki en este ranking por precio, el Vitara y el S-Cross, pero la inversión pasa ya de los 26.000 euros, en cualquiera de los casos.
Repasaremos toda la oferta de la gama Ignis, pero nos vamos a centrar en el tope de gama, el Ignis 1.2 GLX 4WD Mild Hybrid, con el que hemos convivido unos días. Te adelanto dos cosas: su precio con descuento, desde 17.520 euros… y que cada día que lo conducíamos más nos gustaba.
Diseño exterior y habitáculo del Ignis: pequeño por fuera, grande por dentro
Los cambios que Suzuki introdujo en la última actualización de la gama Ignis afectan a detalles de estilo en la parrilla, paragolpes trasero y grupos ópticos, sin alterar su simpática y distintiva imagen. También se añadieron nuevos colores para la carrocería, algunos muy atrevidos.
En total hay 11 acabados monocolor y 7 bicolor, con el techo en contraste. Y en el concesionario se pueden pedir distintos stickers para personalizar aún más el diseño exterior, tanto para los laterales como para el capó, así como protecciones adicionales en las puertas.
El aspecto del Ignis es muy característico, con apenas 3,7 metros de largo y con una altura de 1,60 metros, voladizos muy cortos, grandes grupos ópticos, barras en el techo, pasos de rueda muy marcados y una altura libre al suelo de 180 mm. Un rasgo muy reconocible es el la forma de la puerta y el pilar trasero, con la línea de cintura del coche ascendiendo bruscamente.
De puertas hacia adentro se ha renovado la instrumentación, sencilla y muy legible, con una pantalla TFT monocromo que se suma a los dos relojes principales, en la que se puede elegir la información adicional a presentar. Se añaden detalles de estilo en colores gris o azul metalizado, manteniendo intacta su gran versatilidad. Hay muchos huecos para dejar objetos, y el habitáculo está en general muy bien aprovechado en cuanto a espacio, habida cuenta de sus reducido tamaño exterior. Sin ser un SUV al uso, la posición más elevada de los asientos y la gran altura de la carrocería permiten entrar y salir con facilidad, especialmente en las plazas delanteras. La sensación es de estar en un coche sencillo, pero bien resuelto en cuanto a presentación, ajustes y ergonomía, a pesar de no contar con la doble regulación del volante, que facilita la tarea a la hora de ponerse a los mandos.
Los dos asientos de las plazas traseras están situados ligeramente más altos que los delanteros, y pueden deslizarse por separado unos 15 centímetros, además de contar con ciertos reglajes en inclinación del respaldo. Esto permite aumentar la capacidad de maletero desde los 260 litros hasta unos 370 litros en las versiones de tracción 4×2, una capacidad muy buena para un coche de su tamaño. Eso sí, con la tracción 4×4, el maletero pierde unos 55 litros, y también se reduce ligeramente la capacidad del depósito de combustible.
Al volante del Suzuki Ignis 1.2 4WD
Respecto a la anterior versión del Ignis 1.2, que ya contaba con hirbidación ligera, el nuevo Ignis aporta cambios importantes. Para empezar, el motor atmosférico de cuatro cilindros recibe algunos ajustes en la inyección, y el sistema Mild Hybrid de 12 voltios utiliza una batería con 10 Ah, tres veces más que en el modelo anterior.
Todo esto hace que el Ignis mejore incluso las cualidades por las que ya destacaba al conducirlo: un consumo muy bajo en cualquier circunstancia, una capacidad de respuesta destacable para tratarse de un motor atmosférico –a pesar de que estemos ante un coche pequeño y ligero– y una gran finura en su funcionamiento. La asistencia del motor eléctrico (tiene unos 3 CV) al acelerar no se siente al volante, pero sí por la agilidad con la que se mueve el Ignis. El pequeño motor eléctrico trabaja además para recuperar energía al dejar de acelerar, y hace las veces de motor de arranque salvo en frío, que actúa el motor de arranque convencional.
Si la cosa se complica y llegan curvas o cuestas, o para adelantar a un camión en una vía de doble sentido, por ejemplo, los 83 CV de potencia de sistema cunden mucho si utilizas bien el cambio, que tiene buen tacto y unos desarrollos adecuados. La pantalla TFT de la instrumentación te permite ver, entre otras cosas, el gráfico del flujo de potencia o, mucho más reconfortable, el bajo consumo que siempre indica el ordenador de viaje. Medias reales de 5,5 l/100 km están al alcance del pequeño Ignis, y la cifra no se dispara en las condiciones más adversas: difícilmente verás que llegue a los 8 litros.
En cuanto al comportamiento dinámico, el Ignis es un magnífico utilitario que puede servir para mucho más que para moverte con la agilidad de un ratón por la ciudad. Ofrece confort, seguridad y aplomo suficiente para afrontar eventualmente un viaje largo por autopista o autovía, más incluso de lo que podrías esperar a la vista de su tamaño y de una altura al suelo mayor que en un turismo convencional, pero menor que en un SUV. La tracción total es un elemento más que aporta seguridad, aunque en conducción por carretera el Ignis no invita a explorar los límites como para que llegue a entrar en funcionamiento, salvo en situaciones de baja adherencia.
Eso sí, donde más me ha sorprendido el Ignis 4×4 es fuera del asfalto. Ligero, con un sistema de tracción que acopla el eje trasero cuando el delantero pierde adherencia gracias a un eficaz embrague multidisco y con la ayuda del control de descenso de pendientes, el Ignis no solo serpentea por pistas y caminos con la agilidad de un gato, sino que se atreve incluso con alguna que otra trialera, siempre y cuando calcules bien dónde metes las ruedas, que no vienen de serie precisamente preparadas para el campo. Eso sí, a igualdad de equipamiento, la tracción total supone un sobreprecio de unos 1.500 euros. No es mucho, si crees que la vas a necesitar, en función del uso que vayas a hacer del Ignis. Y no penaliza ni las prestaciones ni el consumo como para pensarlo demasiado. Pero recuerda, para conducir en asfalto y por carreteras nevadas o heladas, mejor el 4×2… y unos buenos neumáticos All Season.
Gama, precios y equipamiento del Suzuki Ignis
La gama Ignis cuenta con cinco variantes, resultado de combinar el motor 1.2 MHEV con los acabados GLE y GLX, el cambio manual o la caja automática CVT y la tracción delantera o a las cuatro ruedas. Los precios, incluyendo ya los 1.550 euros de descuento de promoción que aplica la marca, son los siguientes.
- Suzuki Ignis GLE MHEV: 14.575 €
- Suzuki Ignis GLX MHEV: 16.020 €
- Suzuki Ignis GLX CVT MHEV: 17.220 €
- Suzuki Ignis GLE 4WD MHEV: 16.075 €
- Suzuki Ignis GLX 4XW MHEV: 17.520 €
A estos precios se les puede descontar otros 940 euros adicionales, financiando la compra con la marca.
Con el acabado GLE el equipamiento ya es muy completo de serie, al contar con sensor de luces, llantas de aleación de 16 pulgadas, rieles en el techo, pantalla táctil, cámara trasera, aire acondicionado, control de retención en pendientes, banqueta trasera deslizante y reclinable y, en las versiones 4WD, también control de descensos.
La diferencia entre el acabado GLE y el GLX es de alrededor de 1.500 euros. Por este precio, el GLX añade control de velocidad de crucero, volante forrado en cuero, llave inteligente, intermitentes integrados en los retrovisores exteriores, climatizador, navegador y sistema DCBS con control predictivo de frenada basado en cámara de vídeo.