Cuando Luca de Meo, el nuevo CEO del grupo Renault, presentó la nueva estrategia del grupo para los próximos años, todos los focos se centraron en el futuro Renault 5 eléctrico y la posible resurección del R5 Alpine, también como coche eléctrico.
En una presentación de varias horas y en la que Renault, como muchos otros, se presenta ahora como una empresa tecnológica y de movilidad, la creación de la Re-Factory, es sin duda la apuesta industrial más arriesgada de todas.
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Se trata de la primera factoría a gran escala de economía circular del sector de la automoción. En la fábrica de Flins, 3.000 personas producirán hasta 100.000 coches retrofit al año en 2030. La Re-Factory se integra en la nueva marca del grupo Renault, Mobilize.
Mobilize no es una marca de coches al uso, aunque hayan desvelado varios conceptos de vehículos en la rueda de prensa, ni tampoco una nueva marca de car sharing. Mobilize tendrá tres áreas de negocio principales.
La más visible será el alquiler, leasing o pago por uso de sus vehículos, pero también contará con servicios de car sharing, gestión de flotas, reacondicionamiento de vehículos antiguos y el reciclaje de las baterías. De ahí la importancia que cobra la factoría de Flins bautizada como