Genesis es a Hyundai lo que Lexus es a Toyota, una marca premium que quiere consolidarse como una alternativa a los fabricantes premium tradicionales. Aunque su principal foco es el mercado estadounidense – y también el mercado asiático – estamos seguros que poco a poco irá extendiendo su alcance a mercados como el europeo. Para darse a conocer mejor y atraer más clientes lo que Genesis necesita es una imagen llamativa y aspiracional. Y no se me ocurre mejor forma de hacerlo que con coches como el Genesis X, un espectacular y escultural coupé eléctrico.
Hemos de aclarar que por el momento, el Genesis X es solamente un prototipo. Aunque es un coche que podría nunca llegar a producirse, sus soluciones estéticas parecen estar muy cerca de la producción en serie, a excepción de detalles como sus retrovisores futuristas o sus ópticas frontales, cuya legalidad me produce dudas. En cualquier caso, es un vehículo absolutamente espectacular a nivel de diseño. En una era en la que todo son SUV y crossover, que una marca presente un coupé de formato tradicional es un necesario soplo de aire fresco.
Junto a la berlina Genesis G70, sería el núcleo más pasional de la gama de Genesis.
De su aspecto quiero destacar, en primer lugar, sus ópticas delanteras. Son de tipo LED y lo curioso es que se extienden por toda la aleta delantera. Una solución estética nunca antes vista en un coche tan cercano a la producción. Del frontal también destacamos la característica calandra de la marca y unos paragolpes cuyas entradas de aire, por algún motivo, nos recuerdan al Alfa Romeo Giulia Quadrifolgio. El perfil lateral del Genesis X es elegante y refinado, de líneas limpias y elegantes, con una línea de cintura claramente marcada.
La elección del color de este prototipo hace