Ya conocemos todos los coches que correrán en la Fórmula 1 en 2021. El último en llegar ha sido el Ferrari de Carlos Sainz, que como era de esperar mantiene el rojo tradicional de la casa, pero con un toque verde. Un coche que levanta muchas expectativas respecto a de qué será capaz en esta temporada tras un año pésimo.
En cuanto a chasis y aerodinámica el nuevo Ferrari parece un claro sucesor del anterior, pero la clave estará en lo que ocurra en sus tripas. El año pasado el motor fue el gran problema, y existe la sospecha de que se trató de una sanción de la FIA que se levantará de cara a esta temporada, en la que Ferrari podría recuperar su caballaje.
Las esperanzas de Ferrari están puestas en recuperar la potencia de su motor
Desde 1980 Ferrari no tenía una temporada tan mala como la de 2020, y eso fue debido principalmente a un bajón en el rendimiento del motor. Algo extraño en plena era híbrida, y después de que los de Maranello tuviesen el mejor propulsor de la parrilla. Mika Salo, comisario de la FIA y ex piloto de Ferrari, aportó algo de luz al respecto.
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