Allá por 2017 Citroën presentó en el C3 un utensilio fruto de la incipiente dependencia tecnológica: la ConnectedCAM Citroën. Se trata de una dashcam Full HD que permite obtener imágenes, tanto en formato foto como en vídeo, de lo que sucede frente al vehículo mientras vamos conduciendo.
La firma francesa ha querido ahora focalizar el uso de esta cámara no solo para las redes sociales, sino a modo de caja negra.
La posibilidad de ‘revivir’ un accidente
Esta cámara, que equipan los nuevos Citroën C3, C4 y C5 Aircross, está integrada en el retrovisor interior y se empareja con el smartphone para poder transferir y almacenar el contenido (también funciona con un cable USB).
Su objetivo de gran angular con una visión de 120˚ permite capturar, en forma de imágenes o de vídeos, todo lo que sucede delante del vehículo y compartirlo en redes sociales al momento (o guardarlo como recuerdo).
Se trata de un dispositivo que graba y hace fotos cuando el usuario lo demande, pulsando un botón que ya descubrimos con el lanzamiento del C3 en 2017 que no es demasiado accesible.
La firma francesa explica que proporciona una resolución de 2 millones de píxeles, una memoria interna de 16 Gb y la posibilidad de grabar vídeos de hasta dos minutos.
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