Ya lo dice el refrán «Cuando el río suena, agua lleva». Esta afirmación es cierta en más casos de los que quizá nos gustaría y el sector del automóvil no es ajeno a ella. Sobre todo cuando se trata de cierto tipo de rumores, como el que os contamos hace unos días sobre Mitsubishi. Como todos sabéis, la firma de los tres diamantes anunció hace unos meses que dejaría el mercado europeo para centrarse en otras áreas del globo donde su presencia es fuerte.
Pues bien, las cosas han cambiado en la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi. Sí, porque ya no tendrá lugar esta retirada y todo se lo debemos a los «desbarajustes» organizativos de Carlos Ghosn. Las razones que explican tal modificación en sus planes son complejas, pero pueden resumirse en una muy concreta: exceso de capacidad de producción. Y aquí está la clave para que la firma nipona se quede, porque tiene que ayudar a su socia Renault.
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Mitsubishi venderá en Europa dos modelos de Renault, pero no ha dicho cuáles…
Si hacéis memoria, ya os contamos que Ghosn incrementó el tamaño y capacidad productiva de las fábricas de la alianza franco nipona. Su objetivo era ser el mayor fabricante de coches del mundo pero no pensó en el daño que podría hacer a la empresa en caso de sobrevenir una crisis. Y así ha pasado, pues cuando el COVID-19 ha parado el sector se han encontrado con que su estructura financiera era deficitaria en algunos modelos y fábricas.
Para solucionar esta situación, los responsables de Renault, Nissan y Mitsubishi han tomado una drástica decisión. Reducirán su volumen y venderán modelos con mayor margen económico. El problema es que la firma gala tiene una serie de compromisos con los sindicatos que ha de cumplir. Uno de los más fuertes tiene que ver con la fuerza