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Carriles adicionales
Carriles reversibles
Carriles en sentido contrario al habitual
En ciertas carreteras y situaciones es posible que nos encontremos con varios tipos de “carriles especiales” en los que es preciso seguir una normativa específica. Estamos hablando de los carriles adicionales, los carriles reversibles y los carriles en sentido contrario al habitual, tres tipos que pueden parecer muy similares, pues a la postre todos ellos responden a un único objetivo, que es aliviar la fluidez del tráfico, pero que cuentan con varios matices en entre ellos. A continuación podrás descubrir esas diferencias y qué normas se deben cumplir en cada uno de ellos.
Carriles adicionales
Los carriles adicionales se suelen habilitar en vías de doble sentido donde el ancho de la calzada o plataforma permite disponer un nuevo carril aprovechando el o los arcenes. De esta forma, en el sentido que mayores retenciones experimente el tráfico se crea un nuevo carril que contribuirá a facilitar la fluidez del mismo, utilizando normalmente conos para dividir ambos sentidos.
El problema de establecer un carril adicional es que se pasa de contar con dos de anchura “estándar” a tener tres, pero con un menor ancho, lo que se traduce en un riesgo mayor, siendo este el motivo por el que se establece una velocidad máxima de 80 km/h y una mínima genérica de 60 km/h para todos los usuarios de la vía, así como la obligatoriedad de encender el alumbrado de corto alcance. Igualmente, queda prohibido invadir el sentido contrario. Incumplir cualquiera de esta normas se considera una infracción grave sancionada con 200 €.
Carriles reversibles
Los carriles reversibles nos los encontramos en ciudad, situados en el eje de la calzada y franqueados por medio de una doble línea discontinua. Respecto a los anteriores conservan el ancho habitual de cada uno de los carriles de la vía, pues ya se había