MINI actualiza con algunos cambios estéticos y tecnológicos toda su oferta en cuanto a máxima deportividad se refiere. Ya sabéis que el tope de gama en prestaciones dentro de la marca británica se identifica por la denominación John Cooper Works, o JCW.
En este sentido, MINI divide en dos partes sus productos dentro de la gama John Cooper Works. Por un lado aparecen las versiones de 231 CV en los modelos 3 puertas y Cabrio, dando el salto hasta los 306 CV en los Clubman y Countryman, que además se benefician de la tracción integral.
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Los 3 puertas y Cabrio con apellido John Cooper Works llevan un motor 2.0 litros TwinPower Turbo de 231 CV y 320 Nm. Envían toda esta energía al tren delantero, necesitando sólo 6,1 segundos en pasar de 0 a 100 y su velocidad punta prácticamente se sitúa en los 250 km/h. Además, traen de serie frenos deportivos Brembo, una puesta a punto específica del chasis con suspensión adaptativa y llantas de 17 pulgadas.
En el caso de los Clubman y Countryman JCW, como citábamos antes, tienen un motor mucho más potente. Se trata del mismo propulsor que equipan otros modelos deportivos de BMW, como el M135i. Es un 2.0 litros de 4 cilindros con turbo que da 306 CV y 450 Nm, uniéndose de serie al cambio Steptronic Sport de 8 marchas. La tracción total ALL4 distribuye el par entre los ejes dependiendo de cada situación, contando también con bloqueo mecánico de diferencial.
Un sistema de frenos deportivos Brembo de pinza fija de cuatro pistones en el eje delantero garantiza un rendimiento de desaceleración superior. Otro componente del equipamiento de serie son las llantas Cooper Works de 18 pulgadas. La suspensión adaptativa también está disponible como opción para el MINI John Cooper Works Clubman y el MINI John Cooper Works