El Audi R8 es un superdeportivo incomprendido. Pese a ser el hermano mellizo del Lamborghini Huracán y ser un producto brillante, no ha logrado el éxito comercial de sus rivales directos – como el Ferrari 488 GTB o el McLaren 650S. Tampoco ha conseguido el aura mística y exclusiva de otros supercoches de apellido exótico. En este vídeo queremos ahondar en el porqué, y demostraros que este Audi R8 es un coche tanto o más brillante que sus rivales. Mi compañero Juanma os va a explicar por qué es un coche tan genial como incomprendido por el público, en una apasionante prueba en vídeo.
El Audi R8 es uno de esos coches de la resistencia. Las normativas anticontaminación no han conseguido afectarle y se mantiene fiel a la receta más pura posible. Su motor V10 de 5.2 litros atmosférico es su corazón, situado en posición trasera central. La versión probada desarrolla 570 CV, pero hay otra versión con apellido plus y 620 CV de potencia. Se trata de un motor de origen Audi-Lamborghini que bien podría ser un ser demoníaco, susurrándote al oído de manera constante para incitarte a hacer cosas malas. Y claro, como la carne es débil, resulta profundamente difícil resistirse a la tentación de llevarlo al corte de inyección, un corte de inyección situado a casi 9.000 vueltas.
Su motor 5.2 V10 es una evolución del brillante V10 diseñado por Audi y Lamborghini durante la primera década del siglo.
Muy pocos coches son capaces a día de hoy de ofrecernos un sonido tan poderoso. Y ese sonido se amplifica gracias a esta carrocería spyder, que nos permite escuchar su sinfonía de viento de forma directa y en primera persona. El sonido de los motores atmosféricos es imposible de igualar por un motor turbo, por muy bueno que