Durante los pasados días os hablamos del CUPRA Formentor TDI, el primer coche diésel de CUPRA. Equipado con un eficiente motor 2.0 TDI de 150 CV, es la alternativa ideal para aquellos clientes del Formentor que buscan el menor consumo y van a hacer muchos viajes por carretera a lo ancho y largo del país. Puede que sea el primer coche diésel de CUPRA, pero no es el primer coche diésel en tener el apellido CUPRA. Ese honor es para el SEAT Ibiza CUPRA TDI, el utilitario deportivo diésel más potente jamás creado por el Grupo Volkswagen, uno de los SEAT Ibiza más queridos.
Para entender al SEAT Ibiza CUPRA TDI hay que ponerlo en contexto. Nació en el 2005, en la era álgida del fervor diésel en el Grupo Volkswagen. Nació poco después de que los SEAT León FR y SEAT Ibiza FR con motor TDI conquistasen a media Europa – especialmente a esa juventud española de pre-crisis, sin preocupaciones económicas – con su equilibrio entre consumos ajustados y grandes prestaciones. Era la primera vez en la historia que los motores diésel igualaban las prestaciones de sus homólogos de gasolina, y lo hacían con un gasto de combustible muy inferior.
Estéticamente, el CUPRA TDI era idéntico a un CUPRA de gasolina, con un kit de carrocería y llantas específicas, además de detalles interiores exclusivos.
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Aquellos brillantes 1.9 TDI de bomba-inyector fueron la máxima representación de la era dorada del diésel en el Grupo Volkswagen, y en aquellos SEAT Ibiza y SEAT León de alto rendimiento, la ausencia de filtros de partículas y complejos sistemas anticontaminación aún les hacía disfrutar de una reputación de oro – más allá de algunos problemas puntuales con caudalímetros. En aquél contexto de bonanza económica, SEAT Sport quería disponer de