Tras el Dieselgate del Grupo Volkswagen y las restricciones a la circulación impuestas en muchas ciudades europeas, nadie diría que el diésel es el combustible del futuro – aunque aún tenga muchísimo recorrido por delante. Sin embargo, hace treinta años era el protagonista de uno de los coches ecológicos más desconocidos y fascinantes jamás creados. El Volkswagen Öko-Polo fue un experimento de Volkswagen, un Polo ultra eficiente cuyo objetivo era lograr un consumo de combustible de solo 3 litros a los 100 km. Para ello recurrió a soluciones técnicas que ni siquiera muchos coches modernos equipan, ¡incluso su motor se apagaba cuando se levantaba el pie del acelerador!
El coche diésel actual, hace más de 30 años
La historia del Volkswagen Öko-Polo no puede entenderse sin los Volkswagen Polo Formel E, versiones especialmente eficientes de los primeros Volkswagen Polo. Vendidas entre los años 1980 y 1987 – los primeros Formel E estaban basados en la primera generación del Polo – empleaban motores con una relación de compresión más elevada y desarrollos más largos en sus cajas de cambios. Su cuarta era una relación «overdrive», diseñada para ahorrar a velocidades de crucero. Además, una luz en la instrumentación indicaba el momento óptimo para cambiar de marcha. Estamos hablando de hace casi 40 años, no lo perdáis de vista.
A finales de los años 80, Volkswagen veía el diésel como una de las tecnologías de propulsión con más futuro. Los motores turbodiésel aún no se habían popularizado.
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En la segunda generación de los Volkswagen Polo Formel E se introdujo un revolucionario sistema stop & start, que desconectaba el motor cuando el coche se detenía y se activaba el punto muerto. Además, tenían una aerodinámica optimizada. Podríamos decir que estos Formel E fueron los «Polo Bluemotion» de los años ochenta.