Dodge es, junto a Ford y Chevrolet, una de las pocas marcas que mantiene en su catálogo un mucle car como «Dios manda». La época dorada de estos modelos tuvo lugar entre las décadas de los 60 y 70 del pasado siglo. No en vano, a día de hoy todavía son muchos los que sueñan con hacerse con un modelo de este tipo. El problema es que el giro que está viviendo el sector del automóvil está haciendo que se conviertan en especies en peligro de extinción.
La electrificación cambiará la forma en que los fabricantes los desarrollen, pero su esencia debe mantenerse igual. Esa es la principal cuestión que Chevrolet, Dodge y Ford están abordando para que sus mitos puedan seguir a la venta por más generaciones. Y el Challenger no es ajeno a ello, sobre todo porque lleva a la venta más tiempo del que era necesario. Por ello Stellantis está buscando la mejor forma para darle un relevo digno y merecido.
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El Dodge Challenger, como ya anticipamos, se electrificará para su nueva generación
Si hacéis memoria, tiempo atrás os contamos que el nuevo Dodge Challenger podría ser híbrido o eléctrico. Este cambio en su planteamiento técnico implica una fuerte inversión que, ahora, debería afrontar Stellantis. No en vano, los que deberían comandar esta misión son los ingenieros del extinto Grupo FCA. Y os preguntaréis ¿Por qué razón? Sencillo, porque los chicos de PSA nunca han tenido entre manos un proyecto de este tipo.
Según declaraciones de Matt McAlear, jefe de operaciones de ventas de Dodge, al medio Muscle Cars and Trucks…
«Todo el mundo sabe que se acerca la electrificación, reinventaremos el muscle car en lo que a Dodge se refiere. Estoy muy emocionado acerca de hacia dónde se dirige el futuro, pero ahora todo el mundo está disfrutando de la» despedida