Una de las piezas clave del plan Renaulution esbozado por Luca de Meo era Alpine, y hoy se ha culminado la transformación de la marca Alpine para convertirla en el máximo exponente deportivo de todo cuanto sea fabricado por Renault. Alpine Cars es el futuro, y por ello Renault Sport Cars y Renault Racing son absorbidas al completo, transformando a Alpine en mucho más que un fabricante de deportivos de nicho, y poniendo la primera piedra de un plan que cada vez se parece más al que se gestó para dar a luz a una CUPRA independiente de SEAT.
Todo cuanto sea deportivo en Renault tendrá el sello de Alpine, mantendiendo su filosofía dentro y fuera de los circuitos
Hasta la fecha, Alpine y Renault Sport habían convivido compartiendo incluso casa en la factoría de Dieppe. Sin embargo, en una Renault que pretende acometer el mayor plan de reestructuración que haya visto en las últimas décadas, el futuro de ambas divisiones no podía continuar en paralelo, motivo por el que de Meo tomó la decisión de encumbrar a Alpine aunque ello supusiese la desaparición de Renault Sport Cars y Renault Racing como sellos independientes.
Desde el pasado 1 de Mayo toda la actividad deportiva del grupo Renault se enmarca bajo el sello de Alpine Cars, manteniendo eso sí los equipos de trabajo y los proyectos en los que estaban embarcadas todas las divisiones. Esto quiere decir que Alpine seguirá desarrollando la actividad de competición, además de encargarse de la puesta a punto de los modelos deportivos de Renault. Y todo ello además se complementará con una Alpine que ampliará su gama con la llegada de 3 nuevos coches, destacando especialmente el que será el sustituto del Alpine A110, un deportivo eléctrico cuyo desarrollo se realizará de forma conjunta con Lotus.
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