En 2018, una de las primeras iniciativas de coche compartido dejó de prestar servicio: hablamos de la francesa Autolib, y con el Bolloré Bluecar como protagonista. Ahora, miles de unidades de este coche urbano eléctrico, que no han encontrado destino ni uso tras el cese de esta firma de carsharing, se amontan en un descampado.
De esta noticia se han hecho eco medios franceses como L’argus gracias a las fotos de denuncia en redes sociales de los vecinos de Romorantin, una localidad de la zona Centro-Valle del Loira y cercana a París, a cuyas afueras se encuentra esta campa. La capital fue la primera ciudad donde comenzó a operar Autolib, aunque no la única, pues también estuvo activa en Lyon o Bordeaux.
Y es que si ya no es tarea fácil dar salida en el mercado de segunda mano a los coches eléctricos, menos aún cuando las unidades han estado destinadas a un servicio público, pasando por no pocas manos y no siempre cuidadosas. Aunque el Bluecar también esconde otros problemas…
En Motorpasión
El carsharing descongestiona de coches las ciudades, pero hay ayuntamientos en España que no están por la labor de introducirlo
Crónica de una tragedia anunciada
Solo siete años estuvo en servicio Autolib en París: el Ayuntamiento rescindió el contrato antes de tiempo, que estaba fijado hasta 2023. Y es que no fue tan rentable como se esperaba: de hecho, al cese de la iniciativa acumulaba una deuda cercana a los 200