Las distracciones al volante son una de las principales lacras en la carretera si hablamos de seguridad vial, y la DGT lo sabe. Por eso, cada cierto tiempo nos recuerda la importancia de fijar nuestra atención en la carretera, una atención que suele desviarse a consecuencia del «efecto mirón», uno de los problemas más severos cuando hablamos de distracciones al volante. La DGT nos recuerda que las consecuencias de sucumbir al «efecto mirón»…van mucho más allá de una multa de tráfico.
Cada vez contamos con más fuentes de distracción como conductores: nuestros coches cuentan con más sistemas digitales, con elementos multimedia más complejos, nuestro teléfono móvil es una fuente inagotable de recursos de información…por eso, la DGT centra buena parte de sus esfuerzos en luchar contra esas distracciones que pueden resultar mortales en caso de accidente.
Sin embargo, también lucha contra las reacciones humanas: hablamos del «efecto mirón», aquél que se produce a consecuencia de un hecho fortuito y llamativo en nuestro entorno cuando estamos conduciendo. El ejemplo más claro lo encontramos cuando un conductor se topa con un accidente de circulación: su reacción habitual es frenar y dejar de fijarse en lo que tiene delante al conducir para intentar «enterarse» de lo que ha sucedido en el siniestro.
La curiosidad mató al gato…¡Y en carretera, es también muy peligrosa! Si te encuentras con un accidente, evita el #EfectoMirón y la #distracción.#FelizJueves pic.twitter.com/KlaX7IP6tz
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) May 6, 2021
Esta reacción, que en parte es fruto de la curiosidad y el morbo natural que todo ser humano lleva dentro, es en realidad un gran enemigo de la seguridad en carretera, ya que el conductor desatiende completamente su función al volante durante un tiempo precioso. Esta reacción puede, además, traer consecuencias muy graves.
El «efecto mirón» no se paga sólo con una multa
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