Toyota es una de las marcas que más ha contribuido a lo largo de la historia a la movilidad sostenible. Ya en 1997 lanzaron su primer coche híbrido y ahora en 2021, a través de la competición, están desarrollando los motores a hidrógeno, una de las apuestas que se prevén más punteras y efectivas de cara al futuro.
El coche protagonista en el que Toyota va a probar su innovadora motorización es un Toyota Corolla Sport del equipo ORC ROOKIE Racing, que contará con un motor tricilíndrico de 1.6 litros turbo y desarrollará alrededor de 260 CV. El bólido competirá en las 24 Horas de Fuji NAPAC Super TEC entre los días 21 y 23 de Mayo.
El piloto que va a estar a los mandos va a ser el mismísimo Akio Toyoda, presidente y CEO de Toyota, que rodaba ayer y contaba a sus ingenieros las buenas sensaciones que transmitía el coche: un coche con motor normal, aunque con un poco más de peso.
El funcionamiento de los vehículos eléctricos de pila de combustible como es el caso del Toyota Mirai, utilizan el hidrógeno para reaccionar con el oxigeno en el aire y así producir electricidad. A diferencia de esto, el propulsor que monta el Corolla parte de un propulsor de combustión interna convencional, emitiendo únicamente emisiones de CO2 que provienen de la combustión de pequeñas cantidades de aceite de motor durante el funcionamiento del mismo.
La combustión de hidrógeno se produce a una mayor velocidad que en un motor gasolina convencional, lo que da lugar a una buena respuesta y también muy importante, unas sensaciones muy placenteras para su conductor, sintiéndose como un motor de combustión tradicional, algo que se pierde en muchos de los coches de motorizaciones eléctricas actualmente.
En este Toyota Corolla no todo son ventajas
La autonomía del Corolla es pequeña, de solo 50 kilómetros, lo que significa que el coche va a tener que parar en boxes cada 10 vueltas aproximadamente, uno de los hándicaps con los que va a contar respecto a sus competidores. El coche contará con cuatro tanques de hidrógeno, que estarán soportados por soportes en fibra de carbono por delante del eje posterior, todo ello pensado para un correcto reparto de pesos.
El hidrógeno con el que repostará el hot hatch japonés en Fuji, proviene del Centro de Investigación Energética de Hidrógeno de Fukushima. Esto forma parte del plan de Toyota para revitalizar y recuperar la región de Tohoku, una región devastada por un terremoto en el año 2011.
Toyota, siguiendo su filosofía de marca desde los principios, quiere seguir perfeccionando sus tecnologías a través del automovilismo, con el fin de conseguir una sociedad respetuosa con el medio ambiente.