Con más de 32.000 ventas desde su lanzamiento en 2017, el Kia Stonic se renueva para atacar el segmento B-SUV. Así, el Stonic renovado llega con motores mild-hybrid de gasolina de 48 V, nuevo cambio manual inteligente con embrague electrónico, pantalla táctil de 8″ y más posibilidades de personalización.
Hemos podido probarlo en su versión GL Line y estas son nuestras sensaciones al volante.
Un diseño exterior de inspiración GT
El Kia Stonic es un modelo importante para la marca coreana. A medida que el joven segmento B-SUV ha ganado protagonismo en el mercado, modelos como el Stonic han logrado posicionarse en el top tres de ventas de Kia, por debajo del Ceed y XCeed y del Sportage.
Así, el SUV compacto acumula desde su primera generación 32.747 ventas en España, y se renueva para competir contra rivales como el Citroën C3 Aircross, el SEAT Arona (aunque se aleja de la versión FR, claro), el Renault Captur, el Skoda Kamiq o el Hyundai Kona.
Inspirado en los modelos GT de Kia, el Stinger, el Ceed GT y el ProCeed GT, el diseño exterior del Stonic GT Line da un toque más deportivo a su imagen de crossover urbano.
Tiene dimensiones compactas y un centro de gravedad bajo, así como unos voladizos cortos en la parte delantera y trasera (830 mm y 730 mm), combinados con un capó largo y una línea de techo baja (1.520 mm de altura).
Con 4.140 mm de longitud, el habitáculo se sitúa entre los marcados pasos de rueda delanteros y traseros, dentro