La pregunta de cuánto vamos a tener que pagar por nuestras carreteras es una de las más repetidas entre los usuarios de vías estatales españolas a lo largo de estos días. A partir de 2024, el Gobierno plantea implantar una tasa de un céntimo por kilómetro recorrido. Esta fecha coincide con la puesta en marcha del pago por uso de las carreteras recogido en el Plan de Recuperacion, Transformación y Resiliencia propuesto por el Gobierno español a la Unión Europea.
La justificación de este impuesto, según el Gobierno, es que de los 24.466 kilómetros con los que cuenta la red estatal de carreteras en España, 12.000 pertenecen a vías de alta capacidad. Estas vías cuentan con unos costes que son inasumibles, con un déficit de alrededor de 8.000 millones de euros según la Asociación Española de Carreteras. Además, se prevé que el déficit crecerá en 500 millones por año debido a la finalización de las concesiones de esas carreteras a empresas privadas, en las que hasta hace poco había peajes.
A pesar de que a priori esta propuesta puede parecer positiva, organizaciones como la Asociación de Empresas Constructoras (SEOPAN) o La Asociación de Empresas de Conservación y Explotación de Infraestructuras (ACEX) defienden que con esa tarificación sería imposible cubrir los gastos que generan este tipo de vías.
Como ya hemos dicho, SEOPAN habla de que, en caso de implantar esta medida, el importe que barajan sería inútil. Para que fuese factible, el coste debería ser de 9 céntimos el kilometro para vehículos convencionales y de hasta 19 céntimos por kilómetro para los vehículos pesados.
Asimismo, ACEX defiende que la tarifa que habría que aplicar debería ser de entre 3 y 5 céntimos por kilómetro para sufragar el déficit actual.
Llevado a la práctica… ¿Resulta o no positivo?
Una de los tramos más caros de España es el Túnel de Cadí, en la provincia de Barcelona. Este tramo de 29,7 kilómetros tiene actualmente un precio de 0,39 euros el kilómetro, por lo que hay que desembolsar 11,58 euros. Si cogemos este tramo como referencia y aplicásemos la tarifa de un céntimo que baraja el gobierno, solo tendríamos que pagar 29 céntimos. Si le aplicásemos la tarifa de ACEX de cuatro céntimos, pagaríamos 1,18 euros y si pagásemos los nueve céntimos por kilómetro que propone SEOPAN, pagaríamos 2,63 euros. En definitiva, en un tramo como este cualquiera de las tarificaciones sería más beneficiosa para los usuarios.
Vamos a aplicarlo sobre una carretera con una mayor afluencia de tráfico. En caso de que quisiéramos viajar de Madrid a La Coruña por la A6, pagando un céntimo por kilómetro, deberíamos desembolsar 5,90 euros. Si pagásemos según la tarificación de ACEX, el precio del viaje ascendería a 23,60 euros, y si pagásemos la tarificación de SEOPAN, la tarifa se dispara a unos intimidantes 53,10 euros. Este es una buena muestra de lo que podría repercutir en nuestro bolsillo la implantación de una tarificación de este tipo. Actualmente el coste del peaje de Madrid a La Coruña tiene un precio de 14,95 euros. Teniendo en cuenta que la tarificación de ACEX es la más cercana a su aprobación, pagaríamos un suplemento de 8,65 euros.
Los profesionales del transporte y patronales han manifestado su desacuerdo ante esta medida, ya que insisten en que España es un país exportador. Por ello, si gravan el transporte, independientemente de que lo pague el transportista o el cargador de la mercancía, repercutirá en el coste final de los productos y en la propia competitividad comercial de nuestro país.
El RACE o la asociación de Automovilistas Europeos Asociados (AEA) defienden que este sobrecoste hacia los usuarios desembocará en que muchos de ellos se vean obligados a usar carreteras convencionales, cuya seguridad es mucho menor. También hacen hincapié en los altos gravámenes que deben asumir los automovilistas, y es que ya pagan 30.000 millones de euros al año en impuestos.