Mazda está de celebración y no es para menos. Esta semana se han cumplido 30 años de su mayor gesta en el mundo de la competición: el 22 y 23 de junio de 1991, el Mazda 787B se llevó la victoria en el 59ª edición de las 24 Horas de Le Mans. Tal fue la importancia del triunfo que en Hiroshima quisieron celebrarlo con una edición especial de uno de sus modelos más emblemáticos: el Mazda MX-5 Le Mans.
Antes de hablar de él, viajemos en el pasado hasta principios de los noventa para dar una pincelada de lo que supuso la conquista del Circuito de la Sarthe. El 787B no sólo se convirtió en el primer coche japonés en imponerse en el trazado francés, también es (todavía hoy) el único ganador que ha llevado un motor rotativo. Bautizado como R25B, tardaron seis años en desarrollarlo: tenía cuatro rotores, 2.616cc y entregaba 700 CV y 608 Nm a 6.500 rpm.