Opel nos convoca a una jornada “electrificada”, en la que nos van a dar un repaso a su gama de modelos eléctricos e híbridos enchufables, y en la que podremos elegir dos coches para una toma de contacto, entre todos los disponibles. Una ocasión magnífica para conducir en el mismo día y con las mismas condiciones los dos turismos eléctricos de la marca: el Opel Corsa-e y el Opel Mokka-e.
Recordemos que, además de estas versiones eléctricas del utilitario y del SUV, Opel ya tiene furgonetas eléctricas como el Zafira-e Life y el Vivaro-e, además del Combo-e Life y el Combo-e Cargo. A estos se suman el Grandland X PHEV híbrido enchufable. Y lo que queda por venir.
Pero centrémonos en dos de los coches eléctricos más interesantes en sus respectivos segmentos ahora mismo: el Corsa-e y el Mokka-e. Dos modelos muy diferentes por fuera que comparten plataforma y sistema de propulsión cien por cien eléctrico, y que también están disponibles con motores térmicos. Pero hoy estamos aquí para hablar de voltios y amperios.
El factor precio: Opel Corsa-e vs Opel Mokka-e
En general, los coches eléctricos siguen siendo caros, si los comparamos con las versiones equivalentes con motores de combustión, y en el caso del Corsa y del Mokka las hay. Pero las ayudas a la compra del Plan Moves III cambian por completo el resultado de esta ecuación. Y mientras puedas acogerte a estas ayudas a la compra, si estabas pensando en un coche eléctrico la aguja de la balanza se inclina hacia el lado de la electromovilidad.
Lo que nos dice Opel si nos fiamos del configurador de la marca (ya sabes, nuestra recomendación es siempre pasar por el concesionario) es que el Opel Corsa-e en la versión de acceso Edition tiene un precio de tarifa de 31.200 euros, frente a los 35.400 euros del Mokka-e. Esto quiere decir, para empezar, que un Mokka-e cuesta 4.200 euros más que el Corsa.
Pero ahora entran en juego los descuentos y el Moves III. Si no puedes acogerte al Moves III, el Corsa tiene un descuento de 2.000 euros financiando la compra, y se queda en 29.200 euros, por los 34.900 euros que cuesta el Mokka-e, al que solo se le aplican 500 euros de descuento. La diferencia entre el utilitario y el SUV asciende en este caso a 5.700 euros.
Con el Plan Moves, Opel añade una serie de descuentos que llegan a totalizar 9.200 euros en el Corsa-e, cuyo precio se queda justo por debajo de los 20.000 euros, en 19.990 euros, para ser exactos. La misma operación en el Mokka-e pone su precio en 24.190 euros, unos 4.200 euros más que el Corsa.
Resumiendo: tienes un Corsa-e con todos los descuentos por 20.000 euros, y un Mokka-e desde 24.190 euros. La diferencia de precio entre ambos depende de si te acoges o no al Plan Moves y de si financias la compra, pero nunca es de menos de 4.200 euros a favor del Corsa.
Opel Corsa-e y Mokka-e: el sistema de propulsión
En ambos coches estamos ante una plataforma ya preparada para ser utilizada tanto en versiones con motores térmicos como en estas variantes eléctricas. El sistema de propulsión recurre a un motor de 100 kW (136 CV) y 260 Nm alojado bajo el capó, donde iría el motor térmico. La batería, de 50 kWh de capacidad (46 kWh útiles), está dividida en dos módulos, y se coloca bajo el piso, en la zona de los asientos. Está refrigerada por líquido y tiene una garantía de 8 años o 160.000 km.
La autonomía WLTP es de 337 km en el caso del Corsa-e, y de hasta 332 en el Mokka-e. En los dos casos el cargador de a bordo permite recargar a una potencia máxima de 7,4 kW. En una toma de corriente alterna a 3,7 kw necesitaría unas 17 horas para una carga completa, y 8 horas en un wallbox a 7,4 kW. Admite carga con corriente continua y una potencia máxima de 100 kW, lo que permite alcanzar el 0 al 80% de carga en 30 minutos, o recuperar 100 km de autonomía en 10 minutos. Opcionalmente se puede solicitar un cargador trifásico de 11 kW.
Por potencia y par, el motor sería equivalente a lo que suele ofrecer un moderno motor de gasolina turboalimentado de baja cilindrada. No es una cifra espectacular para lo que manejan otros coches eléctricos hoy en día que ofrecen dos versiones de batería, como por ejemplo el Hyundai Kona. Pero las características de los motores eléctricos hacen que sea más que suficiente para moverse con agilidad incluso en el caso del Mokka, que es más grande, aunque curiosamente no pesa mucho más: apenas 70 kg de diferencia.
Impresiones de conducción: al volante del Mokka-e y el Corsa-e
El sistema permite elegir entre tres modos de conducción, que limitan la entrega de potencia, además de modificar la respuesta de la dirección. En modo ECO dispones de unos 80 CV, que suben a unos 110 CV en el modo Normal. También se limita el par, a unos 180 Nm en el primer caso, y a 220 Nm en el segundo. La potencia máxima y la máxima capacidad de empuje están disponibles en modo Sport, o en cualquiera de los dos modos anteriores si en cualquier momento aceleras a fondo y vences una resistencia que ofrece el pedal.
No hay levas en el volante, pero se puede elegir entre los modos D y B en la palanca de cambios en el caso del Corsa, o en los botones en la consola central en el Mokka. En este último la sustitución de la palanca por lo botones libera la consola, pero a la hora de alternar entre los niveles de recuperación de energía, por ejemplo para perder velocidad conduciendo en ciudad sin apenas tener que recurrir a los frenos, es más incómodo. Se agradecería poder hacerlo desde el volante, por ejemplo.
En prestaciones no hay mucha diferencia. La velocidad máxima está limitada en ambos a 150 km/h, y las cifras de aceleración son de 8,1 segundos para pasar de 0 a 100 km/h en el Corsa-e, frente a 9 segundos en el Mokka-e. Por su imagen deportiva, y también por su mayor tamaño y peso, además de que utiliza neumáticos más grandes (215/65-16 frente a 195/55-16 de serie), al Mokka-e no le vendrían nada mal una veintena de caballos extra o superar los 300 Nm de par. Pero no es en absoluto un coche lento.
Menos aún en el caso del Corsa-e, que tiene un planteamiento más urbano. La agilidad y suavidad que demuestra al conducirlo por ciudad hacen del Corsa-e un coche muy agradable. Y en carretera no echarás en falta más potencia: sus prestaciones son más o menos equivalentes a las del Corsa de gasolina con motor de 130 CV, pero con un agrado de conducción superior.
En cuanto a consumos, lo más realista es pensar en una autonomía de unos 270 km en el caso del Corsa, y en torno a 250 km en el Mokka-e, dependiendo del estilo de conducción. Se pueden llegar a superar los 300 km, pero marcarse esta cifra como frontera es arriesgado. Sobre todo si conduces por autopista, donde los 13 kWh/100 km de consumo urbano que puede alcanzar el Corsa-e (algo más el Mokka-e) se van fácilmente a 20 kWh/100 km, y se superan en el Mokka. Esto hace que, para viajar, lo razonable sea plantearse paradas cada 200 km… y mantenerse atento al indicador de energía de la instrumentación.
Si desde fuera, uno al lado del otro el Mokka-e parece mucho más coche (lo que hace el diseño y la silueta SUV), al conducirlos no hay tanta diferencia. El Mokka se siente algo más aplomado, pero los dos tienen un tacto muy similar, con una dirección demasiado sensible en modo ECO o Normal como único punto mejorable. El motor no pone nunca en aprietos al bastidor, los frenos tienen buen tacto, y la conducción es sencilla, segura y gratificante.
¿Utilitario o SUV? Manda el presupuesto
Elegir entre el Corsa-e o el Mokka-e es fácil: la decisión la marcará el presupuesto. Los dos son coches válidos para algo más que uso urbano, aunque en el Mokka se viaja más cómodo al contar con más espacio, y también ofrece más capacidad de maletero: 310 litros, por los 270 del Corsa. Otra cosa que tienen en común es que los dos son competitivos por precio frente a sus rivales. En el caso del Corsa-e, podríamos mirar a un Peugeot e-208, o a un Renault ZOE. En el del Mokka, al Peugeot e-2008, o a la versión de acceso del nuevo Hyundai Kona.
En general, estéticamente hablando el Mokka gusta mucho más que el Corsa. Y me incluyo. Ya sabes: la moda SUV, sin restar méritos a Opel que ha diseñado un Mokka muy atractivo y con muchas posibilidades de personalización (techo bicolor, capó en color de contraste), aunque eso sube la factura.
Pero hay otro aspecto del Mokka que a sus mandos te hace sentirte en un coche que, a priori, justifica la diferencia de precio frente al Corsa, aunque mecánicamente sean equivalentes. Me refiero al habitáculo, con mucha más presencia y más carga tecnológica. Claro que, para ello, tienes que irte a las versiones más equipadas, con la espectacular instrumentación de 12 pulgadas (la de serie es de 7), y la pantalla multimedia de 10 pulgadas (de nuevo la que incluye de serie es de 7 pulgadas).
Es aquí donde el Mokka-e establece las diferencias, pues el pequeño Corsa no llega a su nivel de digitalización, aunque no se queda atrás en conectividad o posibilidades de equipamiento tecnológico, con los faros matriciales en opción, entre otras cosas.