Esta semana, la Dirección General de Tráfico ha hecho públicos sus planes para vigilar las carreteras a lo largo del verano. Para ello dispondrá del mayor despliegue técnico de la historia integrado por 1.325 radares fijos y móviles, 39 drones, 12 helicópteros y 216 cámaras de cinturón y móvil. Sobre estos dispositivos ya os hemos hablado, pero en esta ocasión vamos a centrar el foco en uno de ellos: así funcionan las cámaras que te cazarán sin cinturón o hablando por el móvil.
No hablamos de radares de cinturón, sino de cámaras que llevan a cabo hasta 50 fotografías por segundo. Cuentan con un sensor capaz de detectar el momento en el que se acerca un vehículo y cuando éste pasa por el lugar en el que está instalada, lanza siete disparos sin flash. ¿Cuándo comienza esta ráfaga? En el punto en el que se ve claramente tanto la matrícula delantera como las plazas del conductor y de su acompañante a través del parabrisas.
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No valen los trucos
El siguiente paso es analizar las imágenes con un software diseñado para identificar si los ocupantes del vehículo llevaban puesto el cinturón de seguridad. Si detecta su ausencia o hay alguna duda, envía las instantáneas a un sistema cotejado por un agente. Éste revisará la fotografía, determinará si hay infracción y pondrá en marcha el proceso para ejecutar la sanción correspondiente.
Y si estás pensando en fórmulas para engañar a estas cámaras, tenemos malas noticias para ti: los trucos no funcionan con ellas así que si te has comprado una camiseta con una banda negra longitudinal… puedes devolverla. Eso sí, estos dispositivos tienen un talón de Aquiles: por ahora les