Risky Business fue una película estrenada en el año 1983 que posiblemente hayas visto. Fue la película que lanzó la carrera de Tom Cruise, y uno de sus coprotagonistas fue un precioso Porsche 928 en color dorado. El coche tiene un rol secundario en la película, pero su zambullida en el Lago Michigan es uno de los momentos álgidos del filme, desencadenando una serie de eventos que llevan la trama hasta su eventual desenlace. La noticia es que este coche puede acabar en tu garaje, pues sale a subasta en apenas dos meses.
Como película, Risky Business no es una obra maestra. Es una comedia dirigida a adolescentes, en la que un adolescente rico se divierte a costa de sus padres, que le dejan solo en casa para viajar a un paraíso tropical. Joel Goodsen (Tom Cruise) vive persecuciones, idilios amorosos y zambulle el coche en el Lago Michigan, tras no poner el freno de mano mientas discute con la coprotagonista femenina. El coche en cuestión fue elegido por ser un coche más atractivo y caro que el Porsche 911, que los productores veían «mundano» en la época.
No es el mismo coche que se sumergió en el Lago Michigan. Este es el mimado «hero car».
El 928 representaba el éxito de un hombre de negocios en Chicago, con el potencial de meter en problemas a un adolescente alocado con acceso a sus llaves. El coche en cuestión es uno de los tres 928 que se usaron durante la producción de la película. Uno de ellos, supuestamente adquirido mediante un leasing, fue el que terminó sumergido bajo las aguas del Lago Michigan. De los otros dos coches, uno de ellos está en paradero desconocido, y el otro, es el que Barrett-Jackson subastará próximamente. Es, en verdad, el coche más importante de la