Mucho se habla de que todos debemos cambiar nuestro coche alimentado con zumo de dinosaurio por un vehículo más eficiente, que apostemos por la electrificación para salvar el planeta y que si no eres eco, no molas. Todo esto puede parecer muy bonito pero, ¿qué nos encontramos a la hora de la verdad en España?
Está claro que en nuestro país, para tener un vehículo eléctrico hay que tener un mínimo de estabilidad económica, una plaza de garaje y la posibilidad instalar un Wallbox, que en la mayoría de casos no supone grandes problemas. Si no reúnes esas condiciones, al menos por el momento, no es aconsejable que adquieras un coche eléctrico.
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Pese a ello, en España estamos obligados a seguir las normas dictadas por la Unión Europea. Ya sabéis que a la UE no le hace mucha gracia los motores de combustión porque, según ellos, contaminan mucho. Tanto es así que en 2035 dejarán de venderse vehículos de gasolina, diésel, de GLP, de GNC, microhíbridos, híbridos e híbridos enchufables. Es decir, solo vehículos eléctricos y, si se acelera la tecnología, tal vez de hidrógeno.
De 11.500 a 340.000 puntos de recarga
Según un reciente comunicado publicado por ANFAC y Faconauto, en España actualmente hay solo 11.517 puntos de recarga de acceso público. Afirman también que es necesario tener instalados como mínimo 340.000 puntos públicos en 2030 si hay intenciones reales de contar con un parque de 3 millones de eléctricos e híbridos enchufables para esa fecha, como así exige el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima. Dicho de otra forma, hay que multiplicar por 30 los puntos de recarga actuales.
Como hitos intermedios, la metodología nos lleva a una red mínima de puntos aproximadamente 70.000 puntos de recarga de acceso público en 2023; 120.000 en 2025, y 340.000 en 2030.
España quiere potenciar el