En el mes de marzo se hizo público que Madrid contaría con una nueva normativa destinada a luchar contra la contaminación debida a los coches. En esta nueva norma se quería sancionar a los coches que presentaran una elevada cantidad de gases contaminantes y de esa manera concenciar a los usarios que deben ajustar sus emisiones a lo previsto por la ley.
Desde esta semana los agentes de movilidad adscritos a esta función ya están activos y pueden realizar los controles aleatorios que crean convenientes para determinar que las emisiones están dentro de lo permitido. Entre sus funciones está la toma de medidas de los escapes de los vehículos que crea que incumplen la norma y podrán actuar para sancionar a los que sobrepasen estos límites.
Multas, pero con una segunda oportunidad
Lo curioso de esta medida es que aunque pueden sancionar, las multas no se aplican de manera inmediata. Los usuarios cuyos vehículos han sido detectados y que superan los valores máximos de emisiones tienen un plazo de 30 días para acudir a la ITV y certificar el problema y resolverlo si este persiste.
De esta manera, la sanción se convierte en un toque de atención que puede evitar el pago de la multa. En el caso de no acudir a la ITV y resolver el problema, el montante de la sanción llega hasta los 2.500 euros si el exceso de emisiones es muy superior a lo determinado por la ley.
En el caso de que el exceso sea ligeramente más alto o en la media, el usuario podría enfrentarse a una sanción considerada leve y esta asciende a 750 euros. En el caso medio, con un exceso elevado, se considera grave y la sanción podría ascender a 1.500 euros. Esto solo se aplica si no se acude a la ITV o si tras hacerlo no se soluciona el problema en un plazo de tiempo razonable.
Las multas solo se aplicarán de manera inmediata si el usuario se niega a que su coche se someta a las mediciones y entorpece a la labor de los agentes. En este caso, la multa será automática y ascenderá a 3.000 euros. En casos extremos, los agentes podrán inmovilizar el vehículo, si las emisiones son exageradamente alta. El vehículo será retirado por una grúa hasta el depósito municipal y solo se entregará al propietario si se compromete por escrito a realizar las reparaciones necesarias para solventar el problema.