Los carburadores son aparatos mágicos. Sabemos que mezclan aire y combustible en la proporción adecuada, pero de verdad, ¿cómo lo hacen? Pregunta a tus amigos más entendidos en mecánica, y puede que ni ellos sean capaces de enumerar los diferentes elementos que lo componen. Y aún si lo supieran, puede que no sepan cómo funciona el estárter, qué relación tiene con el acelerador, y para qué sirve el flotador. Yo no lo tenía claro hasta que vi este fantástico vídeo, que mediante un carburador transparente, nos explica todos sus secretos.
Los carburadores son tan antiguos como la propia combustión interna, y se usaron en coches y motos hasta bien entrados los años noventa, cuando fueron completamente reemplazados por la inyección, mucho más fiable, sin problemas para arrancar en frío, y con un rendimiento muy mejorado. Pero no podemos olvidar que la historia del automóvil se cimentó con los carburadores, que aun se siguen a día de hoy vendiendo asociados a segadoras, motosierras y equipamiento mecánico con pequeños motores. ¿De qué partes se compone un carburador?
La relación óptima de aire/gasolina para una combustión perfecta es de 14,7 a 1.
Lo que normalmente vemos de un carburador es su carcasa exterior, en la que entra un conducto, y sale otro. Estos dos conductos están conectados por una zona en la que hay un estrechamiento, denominado venturi. El pistón del motor, al moverse hacia abajo en el ciclo de admisión, crea un vacío que a su vez, crea un flujo de aire y combustible en dirección al motor. El aire es acelerado por el venturi, y el combustible es pulverizado en el punto más estrecho del venturi, aspirado por la tobera que sale de la cámara flotante del carburador.
En esta pequeña cámara hay un flotador – similar al que mide el nivel de