El lanzamiento del nuevo Tesla Model S supuso un revulsivo, no tanto por la tecnología o el diseño, sino por un elemento esencial que pilló por sorpresa: un volante tipo aviación que probablemente solo pueda comercializarse en EEUU.
Ante las dudas sobre si llegaría al modelo de producción, Tesla ha guardado silencio, hasta ahora. Según ha confirmado el propio Elon Musk, ni el nuevo Model S -incluido el tope de gama Plaid- ni el Model X llegarán con un volante tradicional como opción.
Con sus pros y sus contras
En un tuit respondiendo a un usuario que le preguntaba si cabía la posibilidad de poder elegir un volante «normal», Musk ha sido tajante: «No», ha respondido.
No— Elon Musk (@elonmusk) July 23, 2021
El fundador de Tesla confía en las bondades de este tipo de volante, sobre todo en lo que toca a visibilidad, pero algunos usuarios han detectado los puntos débiles de este tipo de volante ‘timón’: puede ser poco eficaz a baja velocidad, para maniobras de aparcamiento y sobre todo en zonas con hielo.
También se ha hablado de que es sensible al tacto y resulta fácil acabar tocando los botones táctiles del volante por error, a lo que Musk ha respondido que «con cada actualización de software, la intuición del automóvil mejorará. Se deberán presionar los botones cada vez menos y [el coche] sabrá cuándo ignorar las presiones accidentales de los botones».
De momento esta opción parece poco probable a nivel legal en Europa, aunque el Departamento de Transporte británico ha dejado caer que sus regulaciones no «estipulan ninguna forma o tamaño del volante» siempre que cumpla con los requisitos.
Por su parte, los funcionarios de la NHTSA de EEUU (la agencia