Poco a poco, con paso lento pero firme, estamos conociendo los planes de futuro que ha pergeñado Stellantis. El cuarto fabricante de coches del mundo tiene una hoja de ruta muy bien marcada, sobre todo en lo referente a la electrificación. Para ello pondrán sobre la mesa varios miles de millones de dólares con los que dar forma a cuatro nuevas plataformas. Este paso es muy importante, pero choca con los que tenían por sus lados los Grupo FCA y PSA.
Hace algunos meses os contamos que el ya extinto Grupo FCA había dado luz verde al desarrollo de una nueva base para eléctricos. Los datos sobre este proyecto no llegaron a través del canal oficial del fabricante, sino por un sindicato. Para ser más exactos, Unifor, el que controla la fuerza laboral del centro de Windsor (Canadá). Pues bien, ahora darían un golpe de timón y habrían cambiado de parecer para otro centro, el ubicado en Brampton.
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Stellantis querría concentrar la producción de los nuevos Dodge eléctricos en EEUU…
Si Windsor se encarga de montar los Chrysler Pacifica, Voyager y Grand Caravan el de Brampton hace lo propio con otros tres míticos. Nos referimos a los Chrysler 300C y Dodge Charger y Challenger, tres de los productos que, aunque muy veteranos, mejor están aguantando el paso del tiempo. Sobre todo porque su volumen de ventas no es que se mantenga estable, sino que en ciertos periodos del año se incrementa sensiblemente.
Pero su ciclo comercial podría estar agotándose. Según varias fuentes, entre las que está Automotive News Canadá, la vida del 300C estaría a punto de acabar. Tras él irían los Charger y Challenger, máxime cuando ya han anunciado que sus relevos están muy avanzados. Además, no podemos olvidar que serán cien por cien eléctricos, por lo que supondrán un punto de inflexión para