La apuesta del Grupo Stellantis por los coches eléctricos es tan férrea como real. De la mano de Carlos Tavares, su CEO, hemos conocido la estrategia integral para lograr sus objetivos más sostenibles. Hasta 2025, planea invertir 30.000 millones de euros en electrificación y desarrollo de software para dar forma a una hoja de ruta que incluye nuevas plataformas, la construcción de hasta cinco fábricas de baterías y un ambicioso objetivo de equiparar el precio de estos vehículos a los de combustión.
Y por ahí es, precisamente, por donde comenzamos. Una de las metas de Stellantis es que, en 2026, el coste total de tener en propiedad un coche eléctrico sea equivalente al de los modelos de combustión interna. Para ello, cada una de las catorce firmas del grupo se ha comprometido a ofrecer las mejores soluciones electrificadas que haya a su alcance. Un buen ejemplo de ello es Opel, que en 2028 se convertirá en una marca pura y completamente eléctrica.
Cuatro nuevas plataformas
Equilibrar la balanza no es tarea fácil, pero Stellantis ha mostrado los instrumentos con los que emprende este viaje. Una de las grandes novedades es la llegada de cuatro nuevas plataformas que serán la columna vertebral de sus vehículos electrificados. Están diseñadas con un alto nivel de flexibilidad para cambiar tanto su largo como su ancho y para, además, ofrecer la posibilidad de compartir componentes. Con ello, cada una de estas bases podrá soportar una producción de hasta dos millones de unidades por año.
Las cuatro plataformas serán las siguientes:
Small: con una autonomía de hasta 500 kilómetros
Medium: con una autonomía de hasta 700 kilómetros
Large: con una autonomía de hasta 800 kilómetros
Frame: con un alcance de hasta 800 kilómetros
Estas plataformas contarán con tres módulos de accionamiento eléctrico (eDM) compactos, flexibles y se pueden escalar fácilmente. Además, se pueden configurar para