Volvo, que avanza deprisa para convertirse en una empresa de vehículos totalmente eléctricos, acerca a su casa el desarrollo y la producción de la tecnología de celdas de batería y tiene como meta que las baterías futuras se adapten a las necesidades de sus clientes: mayor autonomía y menor tiempo de carga.
Para ello va a mejorar la tecnología de baterías de iones de litio en la siguiente generación de vehículos eléctricos, empezando con el sucesor eléctrico puro del emblemático XC90.
Para mediados de la década, cuando presente la tercera generación de vehículos eléctricos, empezando por el sucesor del superventas SUV de tamaño medio XC60, Volvo piensa mejorar aún más la gama e integrar la batería en el suelo del vehículo, utilizando la estructura de celdas para conferir rigidez a todo el vehículo y mejorar su eficiencia.
Volvo quiere alcanzar los 1000 km de autonomía real de conducción
A corto plazo, Volvo tiene previsto trabajar con la principal empresa sueca de baterías Northvolt, para incrementar la densidad energética de sus celdas de batería hasta un 50% en comparación con lo que existe actualmente en el mercado. Más adelante en esta década, Volvo pretende superar el hito de 1000Wh/l de densidad energética para alcanzar los 1000 km de autonomía real de conducción.
Se espera que los tiempos de carga actuales se reduzcan a la mitad a mediados de la década, gracias a la mejora en la tecnología de baterías y los avances en el software y en la tecnología de carga rápida.
A medida que Volvo avanza para convertirse en una compañía de vehículos totalmente eléctricos, aumenta la importancia de la sostenibilidad. Si durante la próxima década la empresa va a incrementar la energía de las baterías de los vehículos, también trabajará continuamente para reducir su impacto medioambiental.
Las celdas de batería resultado de la colaboración prevista entre