Llegó el momento. Desde este julio de 2021, todos los coches eléctricos nuevos que se vendan en Europa, así como los híbridos e híbridos enchufables, deberán equipar de serie el conocido como sistema de aviso acústico (SAAV), o AVAS por sus siglas en inglés, a fin de alertar de su presencia a peatones y otros usuarios vulnerables.
Tras una moratoria de dos años para dar margen a los fabricantes a disponer este sistema en sus modelos de mecánica alternativa, esta tecnología ahora es obligatoria.
Ya en 2019 lo fue para los coches de nueva homologación, pero desde ayer todos los coches comercializados en el Viejo Continente que hagan uso de un motor eléctrico, ya sea de forma continuada o puntual, también deberán estar dotados del AVAS y sin excepción.
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Este cambio en la normativa se adopta para reducir accidentes y siniestros que tienen como consecuencia la baja rumorosidad de este tipo de vehículos. Y es que un propulsor eléctrico apenas emite ruido a baja velocidad, lo que los hace potencialmente peligrosos para peatones o ciclistas.
Imitar el sonido de un motor térmico
Estos sistemas de aviso acústico AVAS deben equiparlos tanto