En los últimos días varias fábricas de coches españolas se han vuelto a ver obligadas a parar su producción, que sigue en caída libre por la escasez de microchips.
Primero fue Martorell, que tuvo que detener la producción en su línea 2 el pasado 20 de agosto (y también tendrá que hacerlo la semana que viene) y más tarde se sumaron las plantas de Stellantis en Vigo y Figueruelas pese a que acababan de retomar su actividad tras el parón por el período vacacional.
Ahora le ha llegado el turno a la fábrica de Mercedes-Benz en Vitoria, que también había retomado recientemente su actividad tras las vacaciones de verano y acaba de anunciar que tendrá que paralizar la producción en sus tres turnos de trabajo a partir de la semana que viene.
Pérdidas considerables en la producción
Estos nuevos parones en la fábrica de Vitoria suponen para Mercedes una reducción en sus previsiones de producción considerables. Para este año ya estiman que fabricarán 138.000 furgonetas, que son casi 12.000 menos de lo que estaba previsto a principios de año. La fábrica, que cuenta con 5.000 trabajadores, produce los modelos Clase V y Vito, en sus versiones tanto térmicas como eléctricas.
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