Álex Palou ha salido intacto, e incluso reforzado, de la carnicería de la Music City de Tennessee. La undécima carrera de la temporada de la IndyCar ha sido una carnicería en la que el español estuvo muy cerca de perder el liderato de la categoría, pero finalmente no solo lo ha salvado sino que amplía su ventaja.
Hasta nueve banderas amarillas y dos banderas rojas volvieron loca una carrera en la que el ganador fue Marcus Ericsson, antiguo piloto de Fórmula 1 que fue el que encendió la mecha provocando el primer accidente de la carrera. El sueco salió beneficiado de su propio caos y terminó ganando su segunda carrera en la IndyCar.
Palou tiene 42 puntos de ventaja a cinco carreras del final
Ericsson provocó el primer accidente de la carrera chocando contra la parte trasera del coche de Sébastien Bourdais, y forzando la primera neutralización de la prueba. Pero el caos estratégico le permitió entrar a reparar sus daños y ponerse en la primera posición cuando todos los demás hicieron su detención.
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Claramente el piloto más rápido de la carrera era Colton Herta, pero el caos