En esta prueba del Jeep Gladiator vamos a intentar averiguar si existe alguna razón lógica para comprarse esta exclusiva pick-up de tamaño extra-grande que pueda justificar un desembolso de casi 80.000 €. Se trata de un vehículo lúdico más que un coche de trabajo, pero lo vamos a analizar tanto en carretera como fuera de ella, llevándolo al límite de sus capacidades para encontrar su esencia y, si es posible, su sentido. ¡Empezamos!
Antes de comenzar el análisis, hay que tener en cuenta que el Jeep Gladiator es la primera pick-up que Jeep comercializa en España. Se trata del chasis y la parte delantera de un Jeep Wrangler convenientemente estirado para albergar una caja en la parte posterior. Otro detalle importante a tener en mente es que su precio es de 78.800 € y no llegará a España en versión Rubicon. La que probamos es la First Edition.
El Jeep Gladiator como Pick-up
La esencia de un pick-up es cargar y arrastrar, así que lo primero que vamos a hacer es situar este vehículo en ese contexto, en base a los datos que nos proporciona el fabricante en comparación con el «canon» de las pick-up, que desde mi punto de vista es la Ford Ranger. Veamos una tabla comparativa.
Medidas
Jeep Gladiator
Ford Ranger
Largo
5.591 mm
5.359 mm
Ancho
1.894 mm
1.867 mm
Alto
1.843 mm
1.848 mm
Batalla
3.488 mm
3.220 mm
Masa
2.403 kg
2.246 kg
Remolque max
2.722 kg
3.500 kg
Carga max
613 kg
1.024 kg
Caja largo
1.531 mm
1.575 mm
Caja ancho
1.442 mm
1.560 mm
Caja alto
450 mm
541 mm
A la luz de los datos podemos comprobar que, siendo la Ford Ranger un vehículo mucho más pequeño en longitud cuenta con una mayor capacidad de carga y arrastre, tanto en peso como en dimensiones de la caja, y esa ventaja es francamente grande.
Parece claro que el Gladiator no ha sido optimizado para dar las mayores prestaciones prácticas como coche de trabajo. Lo que han hecho es añadir