Aunque las marcas premium no paran de lanzar productos del estilo SUV y crossover, además de vehículos electrificados, por suerte tampoco se olvidan de segmentos más tradicionales. Desde el lanzamiento de la cuarta generación del Mercedes Clase A, en 2018, hemos probado este producto en multitud de ocasiones. Pero esta vez queríamos una versión diferente.
Así, nos hemos decantado por la carrocería de cuatro puertas y una mecánica gasolina con cambio manual. Sí, es la primera vez que conduzco para vosotros un Mercedes-Benz con transmisión manual. Y dicho lo anterior, bienvenidos a la prueba del Mercedes Clase A 200 Sedán.
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Mercedes Clase A Sedán, tres volúmenes bien integrados
Como podéis ver, el Mercedes Clase A Sedán deriva directamente de su hermano de cinco puertas, siendo calcados en la mitad delantera. Nuestra unidad viene con el siempre atractivo paquete AMG Line, que aporta ese extra de deportividad visual. La estrella predomina en la bella calandra, introduciendo un paragolpes más agresivo y a los lados no faltan los faros en este caso los faros adaptativos Multibeam LED.
El lateral nos recuerda mucho a un Clase C, pues cuenta con tres volúmenes extendiendo la parte trasera. En cualquier caso, la integración de este tres cuartos trasero más largo es muy buena, no penalizando en absoluto a la estética. A mi juicio, bastante más logrado que en el BMW Serie 2 Gran Coupé que probamos semanas atrás. Las llantas son las opcionales de 18 pulgadas, que a mi modo de ver no son las que mejor le sientan.
Si nos pasamos a la parte trasera nos recibe una tapa del maletero elegante pero no demasiada práctica, los pilotos LED divididos entre el citado maletero y la carrocería, así como un paragolpes también muy marcado. Una lástima que las salidas de escape ubicadas en el bello difusor no sean reales…
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