Se lleva desde tiempos casi inmemorables insistiendo y haciendo hincapié en la conducción autónoma, tecnología que será real pero que, aparentemente, tan solo Tesla está consiguiendo aplicar de una forma algo seria. Aparentemente. Y es que uno de los retoños de Elon Musk, un Tesla Model 3, ha vuelto a convertirse en protagonista indiscutible no por sus prestaciones o su buen hacer como coche eléctrico, no, sino por un fallo de su Autopilot que frena la velocidad al confundir la luna con la luz de un semáforo en ámbar. ¿Avance tecnológico o peligro con ruedas?
No, no es una broma. Esta situación la ha reportado el propietario de la berlina eléctrica a través de Twitter, donde no solo cuenta lo sucedido, sino que también adjunta un vídeo en el que se ilustra como el Model 3 confunde la luna con la luz de un semáforo. Suena inverosímil pero es lo que puede suceder con el Autopilot, una tecnología que analiza y mide la carretera en tiempo real.
Una confusión que puede conllevar resultados fatales
Y es que, al fin y al cabo, la conducción autónoma de Tesla no está basada en un mapeado o conectado a una red GPS de la que toma información, sino que lee el terreno sobre la marcha. Al fin y al cabo este rasgo es crucial para poder reaccionar ante los movimientos de otros vehículos, peatones o cualquier imprevisto que pueda ocurrir sobre la calzada; pero, ¿permitir que este confunda la luna con un semáforo?
Al interpretar que el satélite de la Tierra es una luz en ámbar, la berlina de Tesla comienza a aminorar la marcha tal y como haría ante un semáforo real. «Por suerte», la velocidad tan solo desciende unas pocas millas, algo que también se pueda deber a que el conductor interviene mientras capta lo