Una nueva forma de comprar coches está llegando en estos momentos al mercado. Una idea donde el actual concepto de propiedad desaparece, dando paso a un modelo de pago bajo suscripción si queremos disfrutar de ciertos servicios o funciones de nuestro automóvil. La idea detrás de esta moda es sencilla, pues los fabricantes de coches quieren integrar el modelo de negocio de plataformas como Amazon, Netflix o Google en el mundo del automóvil. Sin embargo, en este análisis en vídeo de hoy vamos a descubrir la realidad de este cambio de modelo de negocio, y sobre todo por qué es una estrategia más que cuestionable donde los clientes ganamos muy poco y podemos perder mucho.
¿Qué es el equipamiento bajo suscripción?
Empecemos por el principio, ¿Qué significa que un coche tenga equipamiento bajo suscripción?
Hasta ahora, cuando nos compramos un coche, lo hacemos con un equipamiento incluido desde fábrica, ya sea de serie u opcional. Hablamos de un equipamiento que afecta a sistemas de seguridad, tecnología, prestaciones, etc. Una vez es fabricado ese coche, ese equipamiento que hemos seleccionado permanecerá con él toda la vida, no pudiendo ampliar o mejorar ese equipamiento salvo casos muy puntuales.
Si por ejemplo nos compramos un coche básico, un acceso de gama, ese coche jamas podremos convertirlo en la versión tope de gama dotada de la mejor tecnología y prestaciones.
Pues bien, las marcas de coches prometen acabar con esto gracias al modelo de suscripción. Ellos fabrican un coche único a nivel de hardware, donde se integra lo último y mejor del mercado en ese momento, pero a la hora de comercializarlo, el cliente final primero tendrá que pagar un importe de compra, y segundo, una cuota mensual para poder disfrutar de todas las posibilidades que puede ofrecer el coche.
¿Qué pasa si no pagas esa cuota se suscripción?