La llegada de los coches eléctricos supone una gran revolución en lo que respecta a las emisiones contaminantes, pero también plantean muchos problemas para los servicios de emergencia. Estos están acostumbrados a trabajar en los coches convencionales para rescatar a sus ocupantes en caso de accidente. Pero los coches eléctricos plantean problemas debido al cableado, la presencia de las baterías y otros condicionantes que pueden ofrecer un considerable riesgo para quien los manipula.
Por eso es importante que los miembros de los equipos de emergencia sepan como manejarse con estos coches y poder manipular sus componentes sin riesgo. Para ello han de conocer cómo es un coche eléctrico y realizar prácticas con uno de ellos para poder actuar con eficiencia. Así que los bomberos de Nueva York han recibido una unidad del Volvo XC40 Recharge para poder practicar.
Un coche eléctrico para practicar rescates
Con la ayuda de este vehículo eléctrico los miembros de los servicios de bomberos de Nueva York van a poder conocer cómo funcionan estos vehículos, los puntos por donde pueden cortar para liberar los pasajeros atrapados y conocer las medidas de seguridad que implementan en batería y motores.
Es importante porque se está trabajando sobre un vehículo que tiene una batería con carga eléctrica y que puede causar serios daños al personal que lo manipule. Gracias a la cesión del Volvo CX40 podrán estudiar bien el modelo y conocer todas las características del coche.
El Volvo XC40 Recharge cuenta con sistemas de seguridad para proteger a los ocupantes, pero también a los que tengan que socorrer a estos. Las baterías cuentan con un blindaje y cada módulo de las mismas está sellado y refrigerado de manera independiente para ofrecer la máxima seguridad. Los cables son de colores muy brillantes para poder identificarlos con facilidad y hay un interruptor general que puede desconectar la corriente de alto voltaje y evitar riesgos.
Práctica para conseguir más seguridad
Los miembros del cuerpo de bomberos han realizado otras pruebas antes, pero la necesidad de conocer cómo funcionan los vehículos eléctricos hace que tengan que seguir formándose en este tipo de rescates. En Estados Unidos se pretende que en el año 2030 haya un parque de coches eléctricos de entre el 30 y el 50%, así que han de estar preparados para saber como liberar a los ocupantes, tratar los incendios y saber cómo actuar ante un accidente que implique a uno de estos vehículos.
En todos los países hay programas específicos para realizar esta formación y los componentes de los cuerpos de emergencias reciben una formación continua y se adaptan a los nuevos medios de transporte electrificados.