Si superar a tus rivales es ya una tarea bastante complicada, estar a la altura de tu leyenda es todavía más difícil, más aún cuando te llamas BMW M3. BMW Motorsport tenía la misión de fabricar una nueva generación de los M3/M4, una evolución con la que demostrar que el trono de las berlinas deportivas debe estar instalado en Munich. Por ello, hoy ponemos a prueba el nuevo BMW M3 Competition para responder a solo dos preguntas: ¿Es mejor que sus rivales? ¿Es mejor M3 que sus antecesores?
No seré yo quien, si te estás planteando comprar un M3, te quite las ganas de mirar el mercado de usados en busca de algún E46 o E92 interesante. Pero si estás convencido de que tu próximo coche debe ser un M3 de riguroso estreno, acompáñame en este análisis sobre la generación G20.
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Es difícil no afrontar esta prueba con algún prejuicio, y lo cierto es que recogí esta unidad del M3 Competition en la sede de BMW Ibérica con solo dos hándicaps: 1, el peculiar diseño de su parrilla frontal y 2, el peso incrementado hasta los 1.800 Kg. Podríamos añadir algún otro como la ausencia de cambio manual en el mercado español, o la existencia de una variante de tracción total. Pero siendo justos, en una máquina de semejantes prestaciones, el cambio automático lo considero algo positivo para el cliente tipo de este coche, y la tracción total es – por suerte – opcional.
Tuve en mis manos este M3 Competition 7 días, realizando mi viaje habitual Madrid-Málaga y viceversa, además de diferentes rutas para dar buena cuenta de lo mejor y peor de esta creación. Y lo primero que debo decir es que mi primer prejuicio, el relativo al diseño de la parrilla frontal, casi desapareció por